viernes

Los libros

Lectura e imaginación
El Libro
(del latín liber. Esta palabra significaba originariamente ‘parte interior de la corteza de los árboles’.)
Angustiados, compungidos y escandalizados vemos que las nuevas generaciones están dejando de lado los libros para engancharse con las computadoras o la televisión.
Nos acordamos del antiguo placer de leer libros, ese que nos llevaba a encerrarnos en un mundo dibujado con letras y que excitaba nuestra imaginación, nos llevaba a viajar por distintas partes del mundo -o fuera de él- y nos enseñaba cosas, algunas de las cuales, utilizamos en nuestra vida cotidiana.
La paz de encerrarnos solos en nuestro cuarto con un libro de borges, de garcía márquez, de stevenson…y transitábamos desde los tres mosqueteros hasta la critica de la razón pura, desde los comics como patoruzito o el pato donald, hasta los libros ilustrados con reproducciones de obras de arte que se encuentran depositadas en museos que jamás recorreremos nos ha marcado para toda la vida
Todo el saber y capacidad de imaginación que nos trajeron los libros, nos marcó a fuego con el placer de la lectura.

Pero…puestos a averiguar (algo que actúa dialécticamente con el uso de los libros), nos enteramos que no siempre los libros fueron iguales a como los conocimos nosotros.
En un principio la naturaleza fue el gran libro de los hombres. Nos enseñaba, pero muchas veces nos cobraba caro los errores que cometíamos.
El maestro
Luego los mismos hombres fueron libros. Toda la sabiduría aprehendida por los ancianos, era transmitida a los más jóvenes y con eso se les daba la posibilidad de incorporar experiencias sin tener que cometer los mismos errores que cometieron quienes adquirieron esas experiencias.
Papiro egipcio
Luego, en medio de una revolución cuyos detractores aseguraban que leer y escribir iba a ser causa de que perdamos el uso de la memoria y de la palabra, aparecieron las letras. En un principio sobre hojas de palmera, luego en el interior de la corteza de los árboles, luego en papiros, luego la invención del papel.

Solemos comentar muy livianamente la conveniencia (para los tiranos) de que los libros se hagan de papel, porque así arden más fácil.
En realidad, salvo en los primeros tiempos, poco importaba el material del que estuvieran hechos los libros: papiro, papel, corteza de árbol, o carne y sangre humana; muchas veces en las hogueras ardieron los libros en cualquiera de sus soportes y a veces, en varios de ellos (libros y sus autores juntos)
Quema de brujas
¿Acaso cuando la iglesia quemaba una bruja no estaba quemando la sabiduría que en ella había depositado tanto el tiempo como la investigación de las diferentes plantas medicinales?
Ojo, una bruja no era una hechicera –aunque si lo fuera tampoco deberían haberlas quemado-. Las brujas y los brujos eran mujeres y hombres que poseían el don o el entendimiento como para preparar pócimas curativas a partir de los elementos que nos brinda la naturaleza.
Algo así como lo que actualmente hacen los laboratorios bayer, sidus o bagó, para vendernos aspirinas, hepatalgina o vacunas contra la viruela.

Volviendo al tema inicial, vemos que nuestros hijos y nietos están enganchadísimos con la computadora y constantemente les reclamamos que dejen un rato el aparato y se pongan a leer algo, que les va a ser más útil, adoptando la misma posición que adoptaron aquellos que protestaban porque los libros escritos desplazaban al sabio de la tribu, que ra quien transmitía las enseñanzas a las nuevas generaciones.
Quizá la computadora sea el formato del libro el día de mañana –ya lo estamos viendo ese cambio- y acérrimos conservadores como tendemos a ser, no aceptamos las novedades y sacamos a relucir el placer de la lectura.
Los chicos hoy, extraen ese placer de las computadoras, pese a que muy peyorativamente hayamos acuñado la frase “mundo virtual” para referirnos al sitio donde ellos realizan las mismas cosas que nosotros a su edad…pero con los libros.

No nos pasemos de mambo y aceptemos las nuevas realidades.

1 comentario:

  1. Venia leyendo el comentario y me decia: "ira de concluir en un viejazo??" Pero me gustó leer que el autor a pesar de sus maravillosas experienciencias con el libro, pudo adaptarse a esta nueva realidad, al blog, al soporte mas ecologista y con mas informacion almacenada en menos árboles.

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