jueves

Y vos...¿qué tomás?

El pánico ante la hoja en blanco me está atacando.

Venía dispuesto a escribir sobre la violencia en argentina, habiendo acabado de leer en un blog español la violencia que reina en caracas, aparentemente vista desde alguien que milita en sectores antichavistas, pero solamente se me ocurrieron –al ver la hoja en blanco- los más trillados argumentos.
Que debemos evitar que los chicos anden drogados porque eso le borra los límites entre el bien y el mal (siempre “los chicos”, nunca el señor que se sube a su bmw y circula a 180 en avenidas, eso no es violencia, eso es viveza); que debemos alejarlos un poco de la televisión y el cine, quienes con su cuota de violencia generalmente impune, los empuja a ser violentos; que debemos educar para que la costumbre sea conversar, no pelear.

Y haciendo aquello que desde nuestro modesto lugar de padres, maestros, psicólogos o lo que fuere, podemos hacer, vemos que día a día se producen nuevos hechos de violencia que son brutalmente expuestos por la tele ante todos a la hora del almuerzo o mientras la familia comienza a reunirse para cobijarse en la “cueva” (la ancestral cueva que nos protegía del tigre dientes de sable) a pasar la noche.
Las pesadillas agradecidas.
El muerto nuestro de cada día es expuesto a todas las luces, a todos los vientos, a todos los morbos. No solamente “habla el muerto”, sino que hablan sus familiares más íntimos, quienes por supuesto piden pena de muerte para los asesinos; hablan los vecinos cercanos, quienes nos dicen cuán bueno era el muerto; hablan los policías quienes en su lenguaje poblado de “un masculino”, “positivo” y “óbito”, nos confunden un poco; habla el diariero de la esquina que escuchó el estampido; la señora que nada sabe del asesinato pero como estaba al pedo cerca de las cámaras y quiere aparecer en televisión también habla…y todo eso a repetición muchas veces al día hasta que aparezca otro muerto más fresco que suplante al anterior.
También, hay alguien que habla, pero que no sale en televisión.
Es el asesino.
Es ese tipo que va y le dice a sus amigos más íntimos, mientras se toman una birra, que fue él “…quien boleteó al chabón ese de la tele” y a quien sus amigos envidian momentáneamente por “salir en la tele” y a quien, por supuesto, van a emular en la primera ocasión que se les presente para también salir ellos en TV.
Eso lo saben perfectamente las compañías y de seguridad los medios de comunicación que se dedican a asustarnos con este tipo de noticias.
Las compañías de seguridad saben que “la inseguridad” es buen negocio para ellas y la publicitan (y quizá también contribuyan a formarla).
Los medios saben que están sembrando más noticias de esas para tener trabajo mañana, el mes que viene, el año siguiente…
Y he vuelto a caer en que la culpa la tiene la TV. ¿Será que es así nomás? ¿Será que estamos siendo manipulados descaradamente por los grandes monopolios de la comunicación para hacernos creer (subliminalmente) que “lo nuevo” es el paco; el alcohol en los boliches; la gastada a piñas afuera, de ser posible hasta que el otro no se mueva más; el andar a 180 por calles y avenidas?
No nos están asustando solamente para tener más trabajo y nuevas noticias –ese es uno de los motivos más visibles-. Hay otro motivo más profundo: hacernos creer que en democracia no es posible mantener el orden que nos asegure tranquilidad al salir a las calles…y de ahí a pedir mano dura, pena de muerte, dictadura, hay solamente un paso.

POSTDATA: Hace varios días que escribí lo de más arriba después de leer el blog español y de encender la tele y ver que en todos los noticieros de la noche se mostraba a grupos de chicos alcoholizados que salían de los boliches totalmente perdidos y levantando su vasotazo de cerveza o fernet con coca trataban (infructuosamente) de decir algo inteligente, comprensible o divertido.
Eso en la parte más suave, porque también mostraban todas y cada una de las peleas que se arman a la salida de los boliches, que muy probablemente los chicos pelean con la intención de verse al otro día en la tele, sabiendo que las cámaras andan buscando eso.
Y nos quejamos (nosotros, los espectadores y ellos, los funcionarios y los “periodistas”) de que los chicos toman vino, toman cerveza, toman fernet, toman vodka, toman…aunque últimamente algo cambió y nos quejamos (nosotros, los espectadores y ellos, los funcionarios y “los periodistas”) de que los chicos toman escuelas.
Entonces los periodistas, que en su aspecto externo, ven muy parecidos a los chicos que toman vino, cerveza, fernet y vodka con los chicos que toman escuelas, los hacen hablar a estos últimos ante las cámaras, pero ¡oh sorpresa!..., construyen las frases de forma tal que se entiende aquello que quieren transmitir, dicen cosas coherentes y hasta opinan mejor que muchos diputados oficialistas o desoficialistas e incluso que algunos periodistas a quienes suele concedérseles enormes espacios en noticieros, programas políticos o programas de farándula y esto, independientemente de que uno esté a favor o en contra del método elegido por los estudiantes para solicitar las tan necesarias mejoras en sus colegios, es objetivamente cierto.
Algo viene cambiando y les cuesta trabajo ocultarlo debajo de la alfombra laboriosamente tejida durante muchos años por los tinelli, los suar, los nelson castro, los susana giménez y los mirta legrand.